CARMELO Y ESTEBAN, son dos toreros mexicanos que, entrelazaron sin saberlo, sus trágicas historias.
Esteban García, nacido en Nonoalco, Cd. de México, en 1905, de una familia humilde, inmersa en el medio taurino. Carmelo Pérez, de Texcoco, nacido en 1908, que se inicio en el toreo en el rastro de Tacubaya, y le apodaban “El Loco”, por valiente y arrogante y por su florido vocabulario. Debuta de novillero en 1927, toreando en Mixcoac, luego por Michoacán, Veracruz y Puebla, en donde destaca tanto que le otorgan la alternativa, que de inmediato renuncio buscando consolidarse en plazas de importancia; a inicio de 1929, torea por primera vez, con Esteban García, en la feria de Aguascalientes. Esteban García, era un joven serio, sencillo, torero de oficio y entrega y para entonces, un triunfador.
Se llega la temporada de 1929, en la Plaza El Toreo de la Condesa en la Cd de México, y se anuncia en la cuarta temporada a, Carmelo Pérez, “El Novillero que Asusta”, por su valor, alternando con Jesús Solórzano y Alberto Balderas, con toros d Ajulipan, Carmelo en su debut, decepciono y con el cierra plaza, cuando la afición abroncando al torero abandonaba la plaza, algo paso, que Carmelo, se puso a torear, estrujando al publico, que al terminar lo levanta en hombros, para llevarlo hasta a prensa, de ahí cuatro novilladas, con triunfos delirantes, una cornada de consideración detiene su continuidad, y dejar paso a la presentación en el Toreo de la Condesa, a Esteban García, que no dio tregua, triunfando con oreja y rabo, tarde tras tarde, la expectación era grande, y se anuncia una serie de tres novilladas en mano a mano, Esteban y Carmelo, y disputándose un premio de un anillo de diamante- Esteban mostro el oficio y Carmelo el drama, que fue cornado en la primera y tercera tarde, esteban demostró torería lidiando en dos ocasiones todo un encierro, sin embargo lo realizado por Carmelo, fue estrujante, que al final le otorgaron el reconocimiento y el premio.
La empresa del Toreo de la Condesa, anuncia en su temporada 1929-1930, la alternativa de Carmelo Pérez.
Y el 3 de noviembre de 1929, mientras Esteban García, agonizaba por motivos de una fuerte cornada, recibida en novillada nocturna de el día de muerto, en Morelia, Carmelo se doctoraba en el Toreo, de manos de Joaquín Rodríguez “Cagancho”, y en su segundo “Madrileño” de Piedras Negras, realiza una dramática faena, 16 muletazos sin moverse, se alza con un gran triunfo. Repite, para el 17 de noviembre de 1929, con toros de San Diego de los Padres, y ahí el toro “Michin”, cinco cornadas una de ellas mortal en los pulmones, el torero moría, los días pasaron en gravedad, la fortaleza y el carácter de Carmelo, lo mantienen, larga convalecencia, 180 días en el hospital, -el 11 de enero de 1931, en el Toreo de la Condesa, con una fistula en el pulmón, reaparece Carmelo Pérez.
La historia trágica, no queda en eso.
martes, 25 de mayo de 2010
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