17 DE SEPTIEMBRE 1889
PONCIANO DÍAZ
CONFIRMACIÓN EN MADRID
Ponciano Díaz el celebre torero mexicano, es invitado a recibir la alternativa en España. Siendo el amo y señor de la fiesta brava en México, y un verdadero ídolo del pueblo, que le aclamaban en las calles y en los ruedos.
El acuerdo con la empresa de Madrid, de la Plaza de la carretera de Aragón, en manos del matador de toros don Luis Mazzantini, fue el presentar un evento de charreria y un cartel de todo lujo para recibir la alternativa.
Y se aventura Ponciano, al continente europeo, alentado hoy mas que nunca por el grito "ORA PONCIANO".
Despedido en gran comité, por su peña "Sociedad Espada Ponciano Díaz" hasta la estación "Buena Vista", para abordar el tren que lo llevaría a embarcarse al puerto de Veracruz. Llevando una cuadra de caballos de primera, principalmente a "El General" obsequio de su amigo el General Manuel Negrete y el caballo "El Avión", obsequio de el ganadero de "Tepeyahualco". Su cuadrilla formada por los picadores Agustín Oropeza y Celso González y los banderilleros españoles Tomas Parrondo, Ramón López y Manuel Mejias "Bienvenida".
Montado en su brioso caballo, Ponciano Díaz, se deja ver por las calles de Madrid, vestido con elegante traje de charro en gamuza y lujosos bordados, con sombrero de jarama, y con su personalísimo bigote.
Ponciano Díaz, se presento en Madrid, el 28 de julio de 1889, triunfando gratamente y mostrando su habilidad en la charreria, como un excelente jinete, sorteando toros y ante una gran expectación de la afición y los críticos hispanos. Se anuncia la 4ta corrida de abono para el jueves 17 de septiembre de 1889, con tres toros de el duque de Veragua y tres de don Juan Orozco, para la alternativa del mexicano, Ponciano Díaz, como padrino Salvador Sánchez "Frascuelo" y el cordobés Rafael Guerra "Guerrita". "Frascuelo" le cede, para la ceremonia, la muerte de el primer toro, que era "un pavo" de reservada embastida brusca y aquerenciado en tablas, Ponciano lo lancea con valor temerario, llamado a muerte, se sucede un dialogo significativo entre los toreros, Ponciano se dirige a su padrino "Frascuelo acerca de el terreno donde se defendía peligroso el de Veragua. "Frascuelo" asevera imperativo: "Sr. Ponciano" al toro, hay que matarlo allí, en tablas. -No había terminado de hablar, cuando el mexicano se volcaba sobre el morrillo del toro con un "volapiés" a la manera mas pura, fulminando al toro sin puntilla.
El mexicano tuvo una actuación valerosa, justificando su doctorado en Madrid, y con solo, esa, única actuación, gana el reconocimiento de el publico y críticos españoles. Siendo el primer mexicano en doctorarse en España.
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