Sacudiendo las zapatillas, en la ventanilla del tren, exclamo furioso el matador Luis Mazzantini, después de tremenda bronca que se suscitó en la corrida de su presentación en la capital mexicana.
“DE ESTA TIERRA DE SALVAJES NI EL POLVO”
Pues si ni el polvo, pero la riqueza con que se maneja la fiesta brava en México, por el auge que tenia, pues ¡Si! Y don Luis ¡volvió!.
En este caso no se puede decir, que el matador hispano nos cambio espejitos por oro, porque su incursión en ruedos mexicanos, encauzo hacia derroteros clásicos, artísticos y ortodoxos.
Para 1887, cuando Mazzantini llega a México, en pleno apogeo de la época poncianista, con años de anterioridad habían llegado a manera de invasión, gran cantidad de hispanos, avisados por la fama y la fortuna de que gozaba en México desde 1821, el diestro de Cádiz, Bernardo Gaviño.
Las crónicas señalan que por 1851, torean en México, una cuadrilla de hispanos anunciándose como “Cuchares” y “Chiclanero”, siendo apócrifos a las afamadas figuras de esos apodos Francisco Arjona y José Redondo. Por 1853 destacan Juan Pastor y Joaquín López “ El Calderetero”. En 1867, Vicente Díaz Tirado “Tirabaque” y Antonio Flores “El Floro”.
En 1879, Ponciano Díaz es doctorado como matador por el maestro Bernardo Gaviño, en la plaza de Puebla, y comienza una carrera brillante, con un toreo popular a la mexicana, quince años de gloria vivió Ponciano, se impuso a mexicanos y españoles, gozaba del aprecio incondicional del pueblo, se alternativo en Madrid y construyo su propia Plaza de Toros, la de “Bucarelli”.
Para 1882, aparecen los carteles mas españoles Francisco Gómez “El Chiclanero” o “ El Pato”, también Juan Moreno “El Americano” quien toreaba diciéndose español en México y mexicano en España, asi también Francisco Jiménez “Rebujina”, quien años mas tarde se doctora en la Plaza de Puebla de manos de Mazzantini. Se destaca también Rafael Sáenz “El Zaragozano”.
Por 1885, se presenta el matador andaluz José Machio Trigo, de un nivel destacado. Y dos años mas tarde, 1887, aborda nuestros ruedos el celebre matador Luis Mazzantini, y el auge taurino es enorme, Ponciano inagura su Plaza de Toros en 1888 y en 1889 el torero mexicano se doctora en Madrid.
Por esos años, aumenta la cantidad de los diestros españoles Carlos Borrego “Zocato”, Diego Prieto “Cuatro Dedos”, Gabriel López “Mateito”, Manuel Hermosilla, Valentín Martín, Valentín Zavala y aun mas Antonio Ortega “El Marinero”, Leopoldo Camaleño y Joaquín Navarro “Quinito”.
Ponciano sigue en la cima, pero las diferencias en las formas y en los fondos, pronto cambiaran el panorama taurino mexicano, y ante la comparación con toreros españoles, la reacción de los taurinos y la prensa fueron determinantes, que hasta el mismo pueblo que lo alzaba ahora lo desprecian definitivamente.
Bernardo Gaviño, Ponciano Díaz, en México abriendo dejaron paso para las nuevas figuras.
viernes, 22 de enero de 2010
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